Cuando la niña Topacio se atusa el hocico
y calle abajo navega,
portentoso culo,
sobre sus altos tacones
de hembrón que aún no se sabe,
comprendo que cualquier marica,
hermosa y trágica heroína,
puede ofrecerle la lección que explica lo que esconde,
el mágico tintineo de la caja de los lazos
y el crujir espeso de la seda salvaje.
Esta hermosa pantera negra
que aún maúlla
y agradece un mimo
y agradece un mimo
sonrojada y con coletas,
tiene escrita en la frente una pedrada
capaz de tumbar a un buey.
El antiguo techo de palma
que cimentó la gran noche oscura de los esclavos
se derrumbó,
y entre Topacio y su abuela
un obligado pacto de silencio transoceánico.
un obligado pacto de silencio transoceánico.
Los fantasmas no saben nadar.
estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"
la pedrada, el desprecio y el horror de un esclavismo en libertad condicional.
ResponderEliminarLibertad condicional? Qué más quisiera la niña Topacio. En sus papeles pone Free. De Duty free.
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