jueves, 19 de enero de 2012

un buen verdugo

No sé como explicarte
que mi hombre es un buen verdugo.
En mi vientre late una circulación
capaz de centrifugar el armario de la ropa blanca,
y cualquiera no ocupa el hueco
por el que el mundo entra en mi cuerpo.
Es necesario el holocausto y necesaria la víscera.
Inmolarse no tiene importancia pudiendo matar.
Y mi hombre se desangra tomándome,
hasta romperme en mil pedazos
que lava y pega después
para borrar sus huellas.
Desde que me sorprendió
sodomizando al efebo que su reflejo dibujaba en un espejo,
sabe que mi naturaleza no le permite distracciones
y conmigo es implacable.
Teme
que la hora en que las fieras salgan de sus jaulas
sea también la suya.
Y me ama tanto
que está dispuesto a matarme por no dejarme viuda. 

estibaliz san sebastián, del libro "Mi cielo es un andamio"

No hay comentarios:

Publicar un comentario