sábado, 21 de enero de 2012

El Estado en América Latina.

Hace ya unos años, añares, que el coronel Amen me lo contó.
Resulta que a un soldado le llegó la orden de cambiar de cuartel. Por un año lo mandaron a otro destino, en algún cuartel de frontera, porque el Superior Gobierno del Uruguay había contraído una de sus periódicas fiebres de guerra al contrabando.
Al irse, el soldado le dejó su mujer y otras pertenencias al mejor amigo, para que las tuviera en custodia.
Al año, volvió. Y se encontró con que el mejor amigo, también soldado, no le quería entregar la mujer. No había problema en devolverle las demás cosas; pero la mujer, no. El litigio iba a resolverse mediante el veredicto del cuchillo, en duelo criollo, cuando el coronel Amen paró la mano:
-Que se expliquen - exigió.
-Esa mujer es mía - dijo el ausentado.
-¿De él? Habrá sido. Pero ya no es - dijo el otro.
-Razones - dijo el coronel -. Quiero razones.
Y el usurpador razonó:
-Pero coronel, ¿cómo se la voy a devolver? ¡Con lo que ha sufrido la pobre! Si viera cómo la trataba este animal...La trataba, coronel...¡como si fuera del Estado!

eduardo galeano, "El libro de los abrazos"

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