martes, 31 de enero de 2012

Cordelia encuentra a su padre.

Lo veo sonreír
y en su gesto cabe el mundo.
Este hombre tranquilo
que se esponja cual clueca
cuando lo cojo del brazo
ha hecho política hasta comprando el pan.
Se trata siempre de elegir
me explicaba silenciando
las grandes palabras que yo aprendía en la calle.
Ahora,
que ya me las sé casi todas
no hablamos de política
y cuando lo cojo del brazo
y se esponja mi viejo cual clueca
comprendo,
que el animal político
ha decidido darse el lujo
de convertirse en animal poético.

estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"

miércoles, 25 de enero de 2012

lección primera

No pretendas arrastrar un alma
de proporciones góticas y salir indemne,
me avisaban las mujeres
seguramente con buena intención.
Eres bajita
y demasiado lista para ser feliz.
Hubiese jurado entonces mil veces
que se equivocaban
para poder seguir jugando
a salvar el mundo en mis manos
creyendo que la tierra toda
y los hombres
aprenderían que la poesía
es una arma cargada de futuro.
Pero no lo hice.

estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"

sábado, 21 de enero de 2012

El Estado en América Latina.

Hace ya unos años, añares, que el coronel Amen me lo contó.
Resulta que a un soldado le llegó la orden de cambiar de cuartel. Por un año lo mandaron a otro destino, en algún cuartel de frontera, porque el Superior Gobierno del Uruguay había contraído una de sus periódicas fiebres de guerra al contrabando.
Al irse, el soldado le dejó su mujer y otras pertenencias al mejor amigo, para que las tuviera en custodia.
Al año, volvió. Y se encontró con que el mejor amigo, también soldado, no le quería entregar la mujer. No había problema en devolverle las demás cosas; pero la mujer, no. El litigio iba a resolverse mediante el veredicto del cuchillo, en duelo criollo, cuando el coronel Amen paró la mano:
-Que se expliquen - exigió.
-Esa mujer es mía - dijo el ausentado.
-¿De él? Habrá sido. Pero ya no es - dijo el otro.
-Razones - dijo el coronel -. Quiero razones.
Y el usurpador razonó:
-Pero coronel, ¿cómo se la voy a devolver? ¡Con lo que ha sufrido la pobre! Si viera cómo la trataba este animal...La trataba, coronel...¡como si fuera del Estado!

eduardo galeano, "El libro de los abrazos"

jueves, 19 de enero de 2012

un buen verdugo

No sé como explicarte
que mi hombre es un buen verdugo.
En mi vientre late una circulación
capaz de centrifugar el armario de la ropa blanca,
y cualquiera no ocupa el hueco
por el que el mundo entra en mi cuerpo.
Es necesario el holocausto y necesaria la víscera.
Inmolarse no tiene importancia pudiendo matar.
Y mi hombre se desangra tomándome,
hasta romperme en mil pedazos
que lava y pega después
para borrar sus huellas.
Desde que me sorprendió
sodomizando al efebo que su reflejo dibujaba en un espejo,
sabe que mi naturaleza no le permite distracciones
y conmigo es implacable.
Teme
que la hora en que las fieras salgan de sus jaulas
sea también la suya.
Y me ama tanto
que está dispuesto a matarme por no dejarme viuda. 

estibaliz san sebastián, del libro "Mi cielo es un andamio"

miércoles, 18 de enero de 2012

una mujer ambigua

La reina era una criatura irreverente.
Ambigua como un gato sucio
se dedicó durante años
a vender pornografía en el sexshop de los dioses
presumiendo ser un cruce extraño.
Ella misma se encargó de correr el rumor
de que sus precios llegaban tan alto
que cuando se dejaba alquilar,
la agencia que la contrataba y siempre a partir de las ocho,
servía cocaína en la vulva virgen
de alguna jovencita impúber.
Y puedo jurar que tenía piojos.
Nunca conocí a nadie capaz de pagar sus precios.
Pero participé en la subasta de una de sus bragas
y el público,
quebró los vidrios de la sala
entonando un aleluya que conmovió profundamente
a unas monjas que acudían al evento disfrazadas.
Se le atribuyen dos novicias siamesas
licenciadas en matemáticas
y un obispo imberbe dispuesto a rendir Granada
para ponerla a los pies de su cama.
La gente jura que ganaba millones
y que a su funeral,
que duró tres días y tres noches,
los hombres acudían desnudos
para regar con sus jugos la tierra y así fecundarla.
El forense que le practicó la autopsia,
desde entonces borracho y necrófilamente enamorado,
lleva un año peleando porque no hay juzgado en españa
que le cambie, por otro de varón, el nombre al efebo
que con senos de novia y mortalmente pálido
mostraba sin querer,
sobre su ingle izquierda descansando,
un delicado
y pequeñísimo pene.

estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"

martes, 10 de enero de 2012

poema triste para Lolitas del sur


Cuando la niña Topacio se atusa el hocico
y calle abajo navega,
portentoso culo,
sobre sus altos tacones
de hembrón que aún no se sabe,
comprendo que cualquier marica,
hermosa y trágica heroína,
puede ofrecerle la lección que explica lo que esconde,
el mágico tintineo de la caja de los lazos
y el crujir espeso de la seda salvaje.
Esta hermosa pantera negra
que aún maúlla
y agradece un mimo
sonrojada y con coletas,
tiene escrita en la frente una pedrada
capaz de tumbar a un buey.
El antiguo techo de palma
que cimentó la gran noche oscura de los esclavos
se derrumbó,
y entre Topacio y su abuela
un obligado pacto de silencio transoceánico.
Los fantasmas no saben nadar.

estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"

martes, 3 de enero de 2012

Cordelia se borra del partido


Recuerdo que érase una vez.
Y el sapo
era un sapo verde y negro
como la camiseta de un equipo de fútbol.
A mí,
que nunca nadie me llamó princesa.
A pesar de todo y esto creo en los cuentos.
Los de pastores republicanos
caperucitas rojas y garbancitos con arroz.
Reconozco que matar a dios,
quitándole las mayúsculas para ponérselas al Hombre,
es cosa de zurdos y poetas.
Pero el infierno y la carne salen de la iglesia
y entran en los Hornos Industriales y en los Hospitales.
Con este panorama miope
la ingestión de las normas cuaja el yogurt.
Mil asesinos locos patrullan las calles
y yo, a su lado, un ángel negro.
Travestida.
Casi un ratón masticando tripa de gigante
toco el cielo con los dedos de tan abajo.
Por fin comprendo
que esta historia antigua de la biblia y el pecado original
es la que nos hace personajes de un cuento
que se repite desde Eva a Blancanieves.
Culpables todas
por una simple manzana.

estibaliz san sebastián, del libro "Cordelia se borra del partido"