martes, 13 de marzo de 2012

Cordelia se encuentra en su madre


Muchas mujeres comentan con cierta coquetería
no tenerle miedo a la vejez
pero nunca la llaman suya
y evitan poner luces junto los espejos.
A mi madre sin embargo cada año le gustan más.
El último que se puso en casa
fue uno pequeñito y de aumento
que le regaló mi padre
para que se ponga guapa y se pueda maquillar sin ponerse las gafas.
A mí aún siendo joven me fascinó el invento
y me asomé a su paisaje con la alegría de quien se asoma al mundo.
La sorpresa fue mayúscula al descubrir
que aquel paisaje de poros
mostraba el rostro que el futuro guardaba para mí
en el rostro de mi madre.
Entonces comprendí de golpe
que ella no hablaba sola en el baño como yo creía
si no con su madre muerta a través de aquel espejo.
Y me compré uno
pequeñito y de aumento
para no gastar tanto en teléfono.

estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"

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