martes, 15 de noviembre de 2011

por aquel entonces

Por aquel entonces,
yo paseaba por las orillas de un río
que se doraba cada dos o tres atardeceres,
y pensaba que quizá furas a nacer más tarde,
el mismo verano de mi muerte,
como un árbol alimentando con zumo
de nubes color naranja.
Por todas partes buscaba tu vestido azul y rojo.

Algo después, una noche,
discutimos acerca del valor de las basuras,
sobre lo provechoso de los viajes largos;
Y aquel mismo otoño
te convertiste en la mujer de los muchos nombres,
eras Casiopea, y Pólux, e Isis and Pandora,
y tu pelo no era otro, adivina adivinanza,
que el de Berenice (elemental Mr. Watson).

Y hubo un día, quizá un lunes o un martes,
en que te escribí aquello de que en mi sexo
se encuentra (¡qué barbaridad!), Bagdag,
en mi cerebro crecen los bosques de Canadá:
Pero tú el bosque más frondoso.

Ahora soy tu torpe amante, te quiero etc.
como ante las puertas del invierno, etc. etc.

Bernardo Atxaga, del libro "Poemas & híbridos"

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