Me acuesto con el filólogo desde hace casi veinte años.
Pero tengo que quitarme de un vicio tan tonto.
Sabe, el ilustre profesor, que complicidad y complicación comparten raíz y cepa
y se vacuna el payo contra el virus, reduciendo al mínimo las posibilidades de contagio:
no habla y sólo me toca en la cama.
Y yo hablo por los codos.
estibaliz san sebasian, del libro Hombres, Autopsía, Catálogo y Disección
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