miércoles, 7 de septiembre de 2011

la mano de un hombre

Me gusta dormir sola. Pasear, leer, vivir sola.
Con cuarenta la soledad no molesta si no es forzosa o a tiempo completo. Y me hacen mucha compañía los libros, y las amistades que son para siempre, o un poquito menos.
Pero a veces,  sin venir a cuento, siento ganas de la mano de un hombre en mi cintura. 

estibaliz san sebastián

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