A veces le pregunto a mi madre
cuánta soledad nos cabe en un zapato cualquier día.
Cuánto dolor.
Pero como lo hago asomada a la ventana y no por
teléfono,
y ella vive en Bilbao y yo en Barcelona,
siempre me contesta el vecino de enfrente
con una melodía árabe en la que sólo se pronuncia la
palabra habíbi:
querido.
Y yo pienso para consolarme
que es la madre de mi vecino contestándole desde
Marruecos.
estibaliz san sebastián, de "Cordelia se borra del partido"
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