jueves, 30 de junio de 2011

poquita cosa

Podrán derretirse las flores
sin que nada las toque.
Aprender a leer las bestias
en los libros que amo.
Transformarse el mundo
en otro mundo distinto
y tú seguirás siendo
más bien poquita cosa
y cobarde.
Y lo mejor
es que también lo sabes.
eunate mendia

jueves, 23 de junio de 2011

snob love

Me
muerde
en la lengua
mi amante
y los dientes
me crujen.
Cuelga
flores rotas
de mis pechos
clavos de hielo
en mi cintura
y jamá
me toca
antes
de rezar.
estibaliz san sebastián
del libro Laberinto para muñeca rusa

viernes, 17 de junio de 2011

caprichos

  Quede clara mi absoluta consciencia de que el hecho de vivir implica, sea una quien sea, pagar un precio a menudo altísimo. Y es que vivir la vida de las mujeres pasa factura.
  Y hablo de la vida física: menstruar, preñarse, parir, amamantar, y cuidar de la tropa mientras se envejece, son hechos por los que todas le pagamos factura al mundo que, nos lo reprocha, cuando estamos viviendo para darle más vida a la rueda de estar vivas.
  Porque las mujeres pagamos a precio de capricho el echo de parirle al mundo un hijo, me aferro a la idea de hacer del mío un hombre libre, y no un contable lleno de caprichos.
estibaliz san sebastián

miércoles, 15 de junio de 2011

si llegase la lluvia


Veo un rayo rompiendo el cielo
La tormenta está lejos y el trueno tarda en llegar
Pero sí llegase la lluvia
que, se aleja irremediablemente en el mar,
y tuviese un balcón,
podría salir a mojarme
y empapar mi cuerpo en la tormenta.

domingo, 12 de junio de 2011

los buenos chicos



Lo malo de los buenos chicos es que lo son sin remedio, sin pausa y sin tregua.
Estos, a los que no llamamos “un buen hombre”, por algo,
son buenos chicos hasta que se mueren o les abandona su mujer, que es casi lo mismo.
No crecen ni regándolos y poniéndolos al sol.
A lo sumo fermentan y se caen del árbol.
Como auténticos conspiradores viven en la sombra.
Su armario es un inmenso agujero en el que se pierden el rencor,
la envidia y los celos.
Y aunque nadie los oiga nunca, ellos siempre hablan.
Hasta cuando callan puede oírse su queja como un sonajero,
rasca que te rasca.
Y se quejan porque son buenos chicos.
Porque te quieren y sólo quieren quererte siempre
y por el resto de sus días y los tuyos, y pase lo que pase
y te pongas como te pongas.
eunate mendia 
 

jueves, 9 de junio de 2011

Ella quería hacerlo todo

Ella quería hacerlo todo:
pincharse en el dedo morder la manzana seguir al conejo.
Pero al cerrar los ojos,
se le emborronaron los sueños.
Miriam Reyes. 
Del libro "Bella Durmiente"

miércoles, 8 de junio de 2011

las tijeras

Hacía trampas siempre, jugando al póker o al amor:
le gustaba perder.
Recuerdo haberla sorprendido escóndiendose un as
-que le hubiera otorgado un escalera máxima-
y sacadose un cinco una vez que ya había
puesto en la mesa el resto.
No quería deberle nada a Dios.
Vencer o ser feliz, me aseguraba,
era hacer teología; vivir era otra cosa:
se parecía más a unas tijeras que a un collar de zafiros.
Intenté hacerle trampas yo también:
para que no rompiera con mis besos
le oculté que su cuerpo me hacia muy dichoso,
puse cara de azufre (de diablo), cerré las puertas con violencia
y procure mostrarme incoherente.
Se percató de mi farol, me hizo apostarlo todo
y , tan parsimoniosamente como la misma muerte,
me enseñó su jugada: estaba despedido.
Jesús Aguado. Del libro "Los amores imposibles"

sábado, 4 de junio de 2011

dos mujeres hermosas

Dos mujeres hermosas juntas no son lesbianas.
Son una película porno.
Le dijo el cretino a una de ellas.
Y le echaron del cine de un tetazo.
eunate mendia

viernes, 3 de junio de 2011

prematuro

Mi hijo nació un día en el que yo estaba de compras.
Faltaba tanto para el parto que su cuna, su padre y yo, estábamos en casa por pura casualidad.
Los médicos propusieron 40 días y 40 noches de guardería gratis alegando que, un kilo de niño, apenas ocuparía espacio en el apartamento de la UCI neonatal.
Y aceptamos para poder pintar el piso.

jueves, 2 de junio de 2011

sin venir a cuento

Me gusta dormir sola. Pasear, leer, vivir sola.
Con cuarenta la soledad no molesta si no es forzosa o a tiempo completo. Y me hacen mucha compañía los libros, y las amistades que son para siempre, o un poquito menos.
Pero a veces,  sin venir a cuento, siento ganas de la mano de un hombre en mi cintura. 
eunate mendia